30 años en REMAR su testimonio es un ejemplo de esperanza. Descubre la conmovedora e inspiradora historia de una niña que encontró un hogar, una familia y una nueva vida en REMAR Burkina Faso.
La historia de Angie Abeka, más conocida como Angie, es un testimonio conmovedor de la transformación y la esperanza que ofrece la ONG REMAR Burkina Faso. Llegando a REMAR a la edad de 8 años como una niña con muchas necesidades, Angie encontró un refugio seguro, una familia amorosa y la oportunidad de construir una vida plena y significativa. A través de su inspiradora historia, podemos vislumbrar el impacto profundo que REMAR tiene en la vida de innumerables niños y jóvenes en Burkina Faso.
Un Hogar y una Familia en REMAR
Angie llegó a REMAR en 1994, cuando tenía apenas 8 años. Su madre, gravemente enferma y sin poder cuidarla, la llevó a esta organización con la esperanza de que encontrara un refugio seguro. Tristemente, un año después, su madre falleció, dejando a Angie sin padres. La llegada de Angie a REMAR marcó un punto de inflexión en su vida, esta experiencia le brindó la estabilidad y el afecto esenciales para su desarrollo y crecimiento personal.
Educación y Oportunidades
Desde el momento en que llegó a REMAR, Angie encontró una nueva familia. Los voluntarios de la ONG REMAR en esa ciudad cuidaron de ella, asegurándose de que nunca le faltara amor, alimentación, educación y todo lo que un niño necesita para crecer y desarrollarse. “Dios me ama, me hizo unirme a la familia REMAR,” dice Angie con gratitud. “Por la gracia de Dios no he conocido el sufrimiento de un huérfano. Nunca me ha faltado amor. Nunca he dormido con hambre. Nunca me han maltratado.”
Un Refugio del Sufrimiento
Angie describe con valentía las duras realidades que enfrentan los niños huérfanos en su comunidad. “Los huérfanos sufren demasiado”, afirma, “tu propia familia te maltratará hasta tal punto que te verás obligada a huir y prostituirte para poder salir adelante”. Su testimonio pone de relieve la importancia de la labor de REMAR en la protección y el cuidado de los niños más vulnerables de la sociedad.
Un Encuentro con el Amor y la Familia
En REMAR, Angie no solo encontró un hogar y una educación, sino también el amor y la compañía que la llevarían a formar su propia familia. Conoció a quien hoy es su esposo en REMAR Costa de Marfil, y juntos han construido una vida plena y bendecida, una preciosa familia con cinco hijos. “Estamos en REMAR Costa de Marfil para servir al Señor en la comunidad de niños”, comparte Angie con alegría. Su historia es un hermoso ejemplo del poder transformador del amor y la familia.
Un Corazón lleno de Gratitud
Angie expresa su profunda gratitud por los 30 años que ha vivido en REMAR.
“Mi corazón está lleno de agradecimiento por mis 30 años en REMAR. Llegué a aquí como huérfana de padre y de madre. Por la gracia de Dios no he conocido el sufrimiento de un huérfano. Nunca me ha faltado amor. Nunca he dormido con hambre. Nunca me han maltratado. Hoy estoy casada y madre de 5 hijos. Hoy puedo servir a los demás como Dios usó a otros para servirme a mí, le doy toda la gloria a Dios”.
En Angie encontramos una mujer agradecida con Dios por usar la ONG REMAR como un instrumento para cambiar su futuro, brindándole las herramientas y el apoyo necesarios para superar las dificultades y cumplir el propósito de Dios en su vida. Su testimonio es esperanzador para otros niños y jóvenes que enfrentan desafíos similares.
Inspirando a Otros
La historia de Angie no es única. REMAR ha transformado innumerables vidas en Burkina Faso, Costa de Marfil, varios países de África y alrededor del mundo. Cada historia es una prueba del favor de Dios y del trabajo que REMAR realiza, proporcionando no sólo cobertura en necesidades básicas, sino también fe, amor, educación y una esperanza renovada.
Sin embargo, esta misión no puede continuar sin el apoyo de personas como tú. Tú también puedes ser parte de esta transformación y hacer una diferencia significativa en la vida de muchos niños.
Cada contribución, ya sea grande o pequeña, ayuda a cambiar vidas. Como lo hizo con Angie, tu ayuda puede transformar el destino de un niño, brindándole un hogar seguro, una educación y, lo más importante, amor y esperanza.
Colabora y se parte de la esperanza.