Los policías y los asistentes sociales dijeron “Creemos que esta niña llora porque no quiere irse de REMAR”. Así que fue trasladada, por los voluntarios de REMAR MOZAMBIQUE a un hospital de la región para brindarle ayuda médica debido a su estado de desnutrición, fue atendida rápidamente sin que ella se soltara de los brazos de la misionera voluntaria. Con mucho esfuerzo los médicos lograron pesarla y medirla dando el tamaño aproximado de una niña de 11 meses de edad, su peso superaba la línea naranja de malnutrición, su condición era extremadamente grave.
Para poder identificarla debían darle un nombre así que la misionera Sara Figueiredo eligió el nombre bíblico NOEMÍ.
Hoy ya a pasado un año desde ese tiempo angustioso y la vida de Noemí ha cambiado, volviendo su sonrisa, ha crecido, ha aprendido a caminar y sigue muy bien cuidada, rodeada de amor, dice algunas palabras y goza de buena salud.
Esta conmovedora historia es real y la compartimos, para que muchos corazones puedan seguir apoyando la obra de REMAR en Mozambique y alrededor del mundo, donde día a día se viven milagros, experiencias inigualables, personas rescatadas y vidas transformadas, historias increíbles, historias que deben contarse…