En este artículo la autora Mari Carmen Jiménez nos adentra en el mundo de los antioxidantes y las vitaminas, claves para el bienestar físico, y explora el concepto de “Autoridad Verdadera” basado en el amor, la confianza y el respeto mutuo.
En este artículo, la autora Mari Carmen Jiménez nos adentra en el fascinante mundo de los antioxidantes y las vitaminas, revelando su papel crucial en el mantenimiento de nuestra salud y bienestar. En este artículo, también reflexiona sobre el orden de la autoridad en nuestras relaciones con el tema “Autoridad Verdadera” con el concepto de autoridad basado en el amor, la confianza y el respeto mutuo.
Recetas para el Alma: Antioxidantes y vitaminas. Autoridad verdadera
Por Mari Carmen Jiménez
Al convertirse el azúcar y las grasas en energía dentro de nuestro cuerpo, se produce oxidación, inevitable, pero si ésta es excesiva aumenta la proliferación de los radicales libres que son moléculas inestables, a las que les falta un electrón y tratan de completarse, robándole a otras, causando, así, un daño en cadena, acelerando el envejecimiento y generando enfermedades.
Son los antioxidantes, quienes paran y reducen este proceso, imprescindibles para mantener el equilibrio y el orden dentro de nuestro cuerpo. Probablemente, la alimentación artificial de nuestros días desequilibra nuestro Ph, produciendo acidez en nuestro interior, en la sangre y en los órganos, favoreciendo la formación de radicales libres, lo cual nos confirma la gran importancia de consumir alimentos frescos, no procesados, naturales, portadores de antioxidantes y vitaminas, además de ser bueno, en ciertas épocas del año, reforzar la dieta con complementos vitamínicos.
AUTORIDAD VERDADERA
El orden bíblico de autoridad…El varón como cabeza de la mujer y Dios cabeza del varón. Las relaciones genuinas están marcadas por la sumisión. Las tres personas de la divinidad se someten unas a otras en el Amor, en plena confianza, en absoluto respeto.
Nada puede funcionar sin un orden de autoridad, porque si falta surge el caos y la sociedad se derrumba; nada puede marchar si no hay una verdadera dirección responsable, respaldada por otra superior que pide cuentas y hace justicia.
Dios es la autoridad principal, dador de leyes, hacedor de justicia perfecta y a Él debe sujetarse, en sumisión, el hombre, para poder ser, de esa forma, autoridad para la mujer. Si este orden se mantiene, la familia está a salvo y la sociedad reflejará equilibrio, armonía, prosperidad.
Dios, que no creó al hombre para que viviera solo, ocultó a la mujer dentro del hombre, concibiéndola de su mismo ADN, de su misma sustancia. Al tomarla de él, formó un hermoso círculo de relación, entre ambos, pues ella surgió de él, pero, todos los hombres nacen de ella y todo procede de Dios.
Efesios 5,23: Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
En esta edición de Recetas para el Alma este artículo nos ofrece una valiosa información sobre el cuidado de nuestra salud, tanto física como espiritual, invitándonos a adoptar una alimentación rica en nutrientes y a cultivar relaciones basadas en el orden y el respeto mutuo.
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