En esta entrega de “Recetas para el Alma”, Mari Carmen Jiménez nos invita a explorar el maravilloso mundo del bicarbonato de sodio, un ingrediente natural con un sinfín de propiedades beneficiosas y una reflexión para la limpieza de nuestra alma.
En esta entrega de “Recetas para el Alma”, Mari Carmen Jiménez nos acerca al maravilloso mundo del bicarbonato de sodio, un ingrediente natural de gran versatilidad y bondades, para nuestro cuerpo.
En la primera parte, la autora nos deleita con recetas prácticas y sencillas para aprovechar al máximo las propiedades del bicarbonato. En la segunda parte nos invita a reflexionar sobre la limpieza del alma, es aquí donde surge la receta principal de este blog: la limpieza que brinda la sangre de Cristo.

Recetas para el Alma: El bicarbonato.
Por Mari Carmen Jiménez
Barato y bueno, este elemento natural, sirve para ablandar los garbanzos, mientras reposan en agua, pero también es un estupendo limpiador de la dentadura, desodorante sin contraindicaciones, ideal para desinfectar la garganta en gárgaras, contra los hongos y las cándidas.
Enjuagando la boca con agua y bicarbonato, las llagas desaparecen en dos días; con agua es anti ácido del estómago y, aunque no se debe abusar, es recomendable beberlo de vez en cuando. Si le añades unas gotas de zumo de limón al agua con bicarbonato, tendrás unas sales digestivas para ayudar a la digestión de una comida pesada.
Limpiando el alma
Hay un texto terrible en el capítulo 2 del libro de Jeremías, verso 22, que dice así: “Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Yahveh el Señor”.
Hoy, mi mejor receta para el alma, para tu espíritu inmortal, es la limpieza que da la sangre del Cordero, el único sin mancha, ni defecto, que llevó en la cruz nuestras culpas, pagando en sí mismo nuestro castigo, colgado en el madero para que la justicia de Dios se cumpla, sin caer sobre nosotros, pues merecemos castigo por nuestra maldad.
El mejor jabón de lavadores para el alma, la sangre que el Salvador derramó en la cruz del calvario. Isaías 1:18: dice “Venid luego, dice Yahveh, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.”

El bicarbonato, en su simplicidad, nos recuerda que la naturaleza nos brinda herramientas para cuidar nuestro cuerpo. La sangre de Cristo, nos ofrece la limpieza del alma. Ambos aspectos, físico y espiritual, van de la mano en la búsqueda de nuestro bienestar integral.
Que este mensaje nos inspire a cuidar nuestro cuerpo con respeto y responsabilidad y a buscar una relación cercana con el Señor, una vida limpia y que le agrade en todas las áreas de nuestra vida.
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