Cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, un día en el que se conmemora la participación de la mujer en la sociedad, reconociendo su trabajo y esfuerzo en todos los ámbitos en los que se desenvuelve.

En este día la ONG REMAR da gracias a Dios por la vida de cada una de las mujeres que forman parte de esta gran familia honrándolas como mujeres valientes y esforzadas que toman su lugar en la historia y trabajan día a día en favor de los más necesitados de esta sociedad.






Recordando a las mujeres voluntarias, que han salido de su zona de confort, para poner su vida, tiempo y servicio desinteresado en aliviar el dolor de otros, mejorar sus condiciones de vida, cuidando, cocinando, limpiando, acompañando a aquellos necesitados de un corazón  solidario, y haciendo más fácil su vida a pesar de las grandes dificultades de su dramática situación.

A mujeres misioneras, aquellas que dejando sus países, se han trasladado de lugar y nación para convertirse en madres, amigas y hermanas de muchos niños y jóvenes que diariamente reciben sus cuidados, amor y atención, mujeres dispuestas a luchar por los más desfavorecidos que con alegría transmiten vida en cada lugar donde Dios les ha llevado.

A mujeres esposas, madres y ayudadoras, que invierten su tiempo y  esfuerzo para que sus familias sean pilares  sostén de bien para esta sociedad, con valores y principios cristianos, que marcan la diferencia, sembradoras de semillas de fe  que ven en sus hijos el fruto de su esfuerzo.






A mujeres maestras y consejeras, que enseñan sabiamente a otras mujeres, siendo compañeras y amigas fieles, que constantemente están dando del buen tesoro de sus corazones, dedicando su vida para servir a muchos,  mujeres sabias dispuestas a aprender cada día  para  enseñar a otros con amor y paciencia.

A mujeres trabajadoras, administradoras de lo bueno, que reparten con justicia y trabajan con alegría, mujeres sabias que edifican cada día sus vidas, su matrimonio, su familia, su comunidad y su entorno.

A mujeres con corazones llenos de amor y compasión, para llorar con el que llora y reír con el que ríe, mujeres dispuestas a ser instrumentos de Dios para llevar fe, fortaleza y esperanza a quienes más lo necesitan. Mujeres que como la reina Esther toman con valentía el lugar que Dios les da en medio de estos tiempos peligrosos en los que el mundo vive.






En el Día Internacional de la Mujer, damos gracias a Dios por estas mujeres que caminan cada día con la mirada puesta en Aquel que todo lo puede y de quien provienen sus fuerzas.

“Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir. Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor.” Proverbios 31:25-26