En el Día Mundial de la Alimentación, REMAR destaca la importancia de una alimentación adecuada como un derecho humano, brindando alimentos a miles de personas en 70 países y recordando la urgencia de reducir el desperdicio.

Cada 16 de octubre desde 1979, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Alimentación, una iniciativa promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Este día tiene como objetivo sensibilizar sobre la importancia de garantizar una alimentación adecuada para todos y luchar contra el hambre, un desafío global que la Agenda 2030 busca erradicar, con su meta de “hambre cero”.

El lema de este año, “Derecho a los alimentos para una vida y futuro mejores”, nos recuerda que la alimentación no es un lujo, sino un derecho humano básico. El acceso a alimentos nutritivos y suficientes es vital no solo para la supervivencia, sino también para el desarrollo físico, mental y social de las personas. Sin embargo, cada día, millones de personas en todo el mundo sufren las consecuencias de la falta de alimentos.

El desafío global del hambre

La FAO subraya que, para alimentar a una población mundial en crecimiento, se necesitará aumentar la producción de alimentos en un 60% para el año 2050. A esto se suma otro problema crítico: un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo se pierde o se desperdicia. La gestión eficiente de los recursos agrícolas es esencial no sólo para reducir el hambre, sino también para afrontar los desafíos del cambio climático, que impacta directamente en la producción alimentaria.

En este 2024, la FAO también pone el foco en cómo la migración y el desplazamiento influyen en la distribución de los recursos alimentarios, y cómo el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles puede ser una respuesta a estos desafíos. Invertir en agricultura y desarrollo rural es clave para mitigar estas crisis, ya que el futuro de la humanidad depende de una adecuada gestión de los recursos naturales y alimentarios.

 

REMAR: Comprometidos con la lucha contra el hambre

“El que es generoso será bendecido, porque comparte su pan con el pobre.” Proverbios 22:9 (NVI)

Desde hace más de 42 años, REMAR ha estado en primera línea de esta lucha. Con presencia en más de 70 países alrededor del mundo, REMAR brinda apoyo alimentario a miles de personas en situación de vulnerabilidad: niños, jóvenes, adultos, ancianos y familias enteras que, sin este sustento, no tendrían garantizados sus tres tiempos de comida diariamente. 

El trabajo de REMAR es particularmente significativo para los niños que han sido recibidos bajo su protección. Muchos de ellos llegan con niveles alarmantes de desnutrición, un problema que afecta su desarrollo físico y mental. Gracias a Dios que utiliza a REMAR como instrumento de ayuda, el cuidado de sus voluntarios y  una alimentación balanceada, estos niños han logrado recuperarse dramáticamente, alcanzando un crecimiento y desarrollo normales, como cualquier niño debería poder experimentar.

Un ejemplo la distribución de alimentos en España

Cada semana, REMAR lleva a cabo una labor esencial en la distribución de alimentos en España, alcanzando a miles de personas en situación de vulnerabilidad. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se reparten semanalmente más de 1,200 cestas alimentarias, lo que equivale a más de 5,000 cestas al mes y a casi 62,000 cestas en un año. Este esfuerzo continuo y la efectiva logística de la organización son un testimonio del compromiso de REMAR por garantizar que las familias tengan acceso a alimentos básicos y nutritivos.

Sin embargo, el impacto de REMAR va más allá de Madrid. A nivel nacional, la organización distribuye alrededor de 6,500 cestas alimentarias cada semana, sumando casi 26,000 cestas al mes y superando las 310,000 cestas anuales. Estas cifras reflejan la dedicación inquebrantable de REMAR en su lucha contra el hambre y la pobreza en diversas comunidades a lo largo de España.

 

Una reflexión sobre el desperdicio de alimentos

En un mundo donde millones de personas sufren por la falta de alimentos, es impactante saber que un tercio de la comida que se produce globalmente termina desperdiciada. Este desperdicio no solo significa una pérdida de recursos valiosos, como agua, energía y mano de obra, sino también una oportunidad perdida para alimentar a quienes más lo necesitan. El hambre no es solo una cuestión de producción, sino también de distribución y responsabilidad.

Cada uno de nosotros puede contribuir a la lucha contra el hambre, comenzando en nuestra vida cotidiana. ¿Cómo? Evitando el desperdicio de alimentos desde nuestros hogares. Podemos ser más conscientes al planificar nuestras compras, utilizando lo que ya tenemos antes de adquirir más, y almacenando los alimentos de manera adecuada para alargar su vida útil. Pequeños gestos como aprovechar las sobras o compartir con aquellos que lo necesitan pueden tener un impacto significativo.

Tomar medidas para reducir el desperdicio de alimentos no solo es un acto de responsabilidad, sino también un gesto de solidaridad hacia quienes carecen de lo más básico. Si cada uno de nosotros hace su parte, juntos podremos reducir la cantidad de comida que se pierde y destinamos a la basura, y en cambio, ofrecer una oportunidad de alimentación para quienes más lo necesitan.

 

Un llamado a la solidaridad

En este Día Mundial de la Alimentación, REMAR recuerda que aún queda mucho por hacer en la lucha contra el hambre. Cada día, millones de personas sufren las consecuencias de la falta de alimentos, pero también cada día es una nueva oportunidad para solidarizarnos con los más necesitados. REMAR, con más de cuatro décadas de experiencia, continúa siendo testigo de la transformación que una alimentación adecuada puede generar en la vida de quienes más lo necesitan.

Invitamos a todos a unirse a esta causa. Tu apoyo, ya sea a través de donaciones, voluntariado o contribuciones en especie, puede marcar la diferencia en la vida de muchas personas que dependen de estos recursos para tener una oportunidad de vida mejor. ¡Juntos podemos luchar contra el hambre!