Hay cosas que no pueden faltar en la vida de un niño y son las sonrisas, la alegría, los juegos y las ganas de vivir.
La vida ha cambiado radicalmente para miles de niños ucranianos, de la noche a la mañana, han pasado de estar en un lugar seguro con sus familias, a despertar caminar lejos de sus hogares, algunos con sus padres, otros de la mano de un desconocido, avanzando sin saber qué pasó, con lo que un dia fue su hogar y sin saber hacia dónde se dirigen.